¿Eres de los que preparan siempre las verduras de igual manera? Cocinar las verduras con técnicas diferentes es una de las maneras más eficientes para no aborrecerlas.
Se acercan fechas navideñas y llegan las comidas y cenas tan características de esas fechas. La época de comer sin fin está a la vuelta de la esquina, y qué mejor que recordar las distintas formas de cocinar las verduras.
Normalmente, cuando hablamos de verduras solemos pensar en ensaladas o simples recetas fáciles de preparar. Pero hay infinitas formas de prepararlas aprovechando sus nutrientes, vitaminas y minerales intactos, y disfrutando al máximo de sus sabor exquisito.
Olvídate de recetas aburridas y empieza a disfrutar de las verduras con platos realmente irresistibles. Para ello, en Grupo Lucas te descubrimos las mejores formas de cocinar verduras sacándoles el mayor partido posible.
Cocidas al vapor
Cocer las verduras al vapor, a parte de ser una de las formas más rápidas no implica cambios químicos en los tejidos de los vegetales, sino solamente el reblandecimiento de las fibras facilitando la digestión. En cualquier caso, es importante consumir las verduras justo después de ser cocinadas.
Hervidas
Hervir al agua es una de las formas más corrientes para cocinar las verduras, siempre y cuando la cocción no se exceda para perder sus sales en agua. Lo mejor es utilizar agua embotellada o filtrada. La proporción de agua correcta es de dos litros de agua por cada medio kilo de verduras, siempre añadiendo la sal. Para reducir la pérdida de nutrientes las verduras tienen que añadirse con el agua en ebullición.
En horno o a la parrilla
Con esta forma generalmente se pueden cocinar prácticamente todo tipo de hortalizas, manteniendo todo su sabor y como acompañamiento perfecto para carnes o pescados. Es inevitable no pensar en una barbacoa acompañada de berenjenas, brócoli, pimientos, zanahorias, calabacines, cebollas, etc.
Fritas
Como ya sabemos, freír en aceite puede provocar digestiones más lentas, sobre todo cuando se cocinan con aceites recalentados o descompuestos por el calor. Para conseguir la textura perfecta y al aspecto deseado es muy esencial conseguir una coagulación rápida de la superficie.
En guiso o estofadas
Este método es uno de nuestros favoritos, ya que realizándose a fuego suave se crea una atmósfera cargada de vapor de agua que no altera sus componentes. Al cocerlas es importante mantener el recipiente perfectamente cerrado para que el vapor no se escape. Las verduras más generalizadas para preparar estofados son las lechugas, las endivias, la col, los nabos, los corazones de alcachofa, etc.
Las verduras no tienen porqué ser sosas y aburridas, son el acompañamiento perfecto para un buen pescado, acompañadas con una salsa, salteándolas utilizando sabrosas especias, o combinandolas con cualquier carne.
Se nos hace la boca agua solo de pensarlo. Y tú, ¿sabes ya cómo vas a cocinar tus próximas verduras?